sábado, 21 de marzo de 2009

Cómo disfrazarse de investigador exitoso



-enero-2009POR: Dr. Miguel Ángel Barrón Meza, profesor de la UAM-Azcapotzalco
Hubo una época en que los profesores publicaban por el placer de contribuir,aunque fuera con un granito de arena, a su campo de conocimiento. Actualmente,la investigación es un negocio como cualquier otro. Los vicios y lastriquiñuelas que son comunes en la política y las empresas se estánimplantando cada vez con más con fuerza en prácticamente todas lasinstituciones de educación superior. Las peleas en la investigación porrecursos, puestos, plazas y espacios físicos se han transformado en luchassordas, sin cuartel, y se llevan a cabo en terrenos en los que
supuestamentedeberían prevalecer la ética, la honestidad y el respeto a la libremanifestación de ideas.Hoy en día es muy difícil distinguir a un investigador auténtico de unofarsante. Cualquiera que tenga un doctorado y sea medianamente inteligente escapaz de publicar una gran cantidad de artículos en revistas indexadasinternacionales, en especial si tiene la habilidad de tejer alianzas con otrosinvestigadores igual de ambiciosos e inescrupulosos que él o ella, al fin quelo que ahora cuenta es la cantidad de publicaciones, no su calidad.No importa que lo que se publique nadie lo lea ni sirva para nada. Lo queimporta es el dinero obtenido para adquirir costosas camionetas, carísimosdepartamentos y continuos viajes al extranjero, haciendo turismo académico yhospedándose en hoteles de cinco estrellas con coautores y amigos.Para ciertos investigadores y grupos, los argumentos legaloides y las ideasdarwinianas (subsistencia del más capaz), aunado a la falta de ética,justifican cualquier atropello a los derechos de los demás a disponer deespacios, presupuestos y plazas que les permitan desarrollar de manera adecuadasus actividades de docencia e investigación. La rapiña de recursos de todotipo, en el que el más ambicioso tira de la limitada cobija institucional,puede volverse la regla más que la excepción en las instituciones deeducación superior si no se pone un freno a investigadores sin escrúpulos.Si usted quiere disfrazarse de investigador exitoso le sugiero que leacuidadosamente las siguientes obras: 'El origen de las especies', deDarwin (para justificar la supervivencia del más ambicioso, es decir, el másapto); 'El príncipe', de Maquiavelo (para quitarse molestos escrúpuloséticos o morales), y 'El gatopardo', de Lampedusa (para cambiar lascosas cuando alguien se lo exija pero al fin todo siga igual). Además, debeseguir al pie de la letra las siguientes reglas (seguramente hay más):a.. 1. Despójese de todo tipo de escrúpulos y vuélvase cínico. Usted debeestar dispuesto a conseguir a cualquier precio todas las becas y apoyosposibles, tanto internos como externos.a.. 2. Haga alianzas con investigadores igual de arribistas que usted, depreferencia de otras instituciones para que su grupo parezca sólido einterinstitucional.a.. 3. Incluya a sus amigos e incondicionales en sus artículos; eso leasegurará que ellos lo incluirán en los suyos y su productividad, aunquefalsa, parecerá fabulosa.a.. 4. Busque desesperadamente posiciones de poder (jefaturas, coordinaciones),para que desde ellas asigne presupuestos, plazas y proyectos a sí mismo y susincondicionales.a.. 5. Busque la complicidad -o la complacencia, al menos- de sus superioresjerárquicos. Ellos cubrirán cualquier resquicio por el que puedan filtrarsesus fallos.a.. 6. Coloque a incondicionales (aunque no sean sus amigos) en puestos clave.La cadena mafiosa tendrá sus eslabones bien fortalecidos.a.. 7. Proponga el mayor número de proyectos posible, y role como responsablesa cada uno de sus incondicionales. Cada proyecto significa más dinero y másviajes al extranjero; la institución se convertirá en su agencia de viajes.a.. 8. Olvídese de la ética y apodérese de espacios físicos que pertenecena otros grupos de investigación menos ambiciosos; justifíquelo diciéndose así mismo y a los demás que el grupo que usted lidera es altamente productivo,y los demás, bueno, no valen la pena.a.. 9. Pavonéese lo más que pueda de su productividad; los profesoresingenuos, y aquellos sin doctorado y sin publicaciones, lo considerarán unsuperdotado.a.. 10. Piratee plazas de asistente de otros investigadores convenciendo aprofesores ambiciosos jóvenes de que si se alían con usted progresarán demanera segura y rápida. Justifíquelo diciendo a los demás que nadie puedeobligar a otro a trabajar con quien no desea, aunque se salgan del perfil parael cual fueron contratados.a.. 11. Estudie razonablemente bien la legislación para que con arguciaslegaloides pueda justificar sus ambiciones y falta de ética.a.. 12. Cuando sus subordinados se rebelen y lo llamen a cuentas, vaya a lasreuniones con espíritu humilde y diga que sí a todo lo que le pidan. Pero porsupuesto no sea tan ingenuo para cumplir lo que les promete. Practique elgatopardismo, es decir, haga cambios para que todo siga igual.a.. 13. A los más críticos cumpla sus caprichos o págueles un viaje alextranjero para un congreso. Eso les callará la boca. Si no se callan y siguenprotestando, diga que están locos o que le
tienen envidia por su éxito.Si conoce otras recomendaciones, compártalas ahora, sobre todo si son paradefenderse de esta nueva especie.

Articulo dedicado a nuestr@s y vuestr@s compañer@s, profesores y nuestra bendita academia...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No entiendo. ¿Están hablando de Sánchez y Agüero?

Anónimo dijo...

Estamos hablando de ambos, de una lógica absolutamente instaurada en la escuela de filosofía y por generalización en la academia cordobesa (léase Facultad de filosofía y humanidades).